Se llaman así porque cuando están juntos les encanta jugar con la espuma mientras corren por las crestas de las olas o las estelas de los barcos.Los Espumeros pueden ser morenos o rubios; los morenos tienen unos ojos tan brillantes que cuando la niebla nocturna oculta toda luz, se colocan delante de los barcos y van orientando al Capitán como si fueran faros y guían al barco hasta un lugar seguro.
Los rubios son los encargados de penetrar en los hogares y llevar noticias de los marinos ausentes a los suyos.
Habitan en las grietas de los acantilados y no se alojan mucho de la costa porque tienen miedo de las corrientes, pero, a veces se internan tierra adentro para recoger flores en los prados para hacer collares a las sirenas y estas a cambio les regalan caracolas. Cada Espumero tiene al menos una caracola.
Gracias a estas caracolas, ayudan a pescadores y campesinos; cuando se va a producir una tormenta, Los Espumeros, se meten en las cavernas de los acantilados y hacen sonar al unísono las caracolas, de manera que el estruendo que hacen anuncia a los pescadores que corren peligro y deben volver a puerto.
Otras veces, cuando en tierra no llueve y los agricultores se preocupan porque ven que sus sembrados se secan, Los Espumeros llenan sus caracolas de agua dulce y sobrevuelan los campos regándolos.
Ahora ya sabéis donde encontrar a Los Espumeros; la próxima vez que visitéis las Costas Asturianas y veáis un remolino de espuma quizá sean Los Espumeros que se acercan a saludaros...
Dedicado a mi amigo Roberto Menendez ... que nunca nos cansamos de hablar de las leyendas Asturianas; espero que nos veamos pronto y sigamos con nuestras conversaciones regadas de sidra.
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