A veces perdemos tiempo sin darnos cuenta en cosas que no nos llevan a ningún lado. No podemos evitarlo; somos seres humanos, y, como tales, en ocasiones nos volvemos frágiles como un Hombrecito de Jenjibre.
La verdad es que el tiempo es sabio y además de poner las cosas en sus sitio nos da valiosas lecciones.
Con el paso del tiempo aprendemos a ver las cosas de diferente manera, maduramos por así decirlo; también cambiamos; es natural que cambiemos; con el tiempo vivimos experiencias que nos marcan y nos hacen cambiar; otras muchas veces sentimos la necesidad de cambiar, de dar un vuelco a nuestro mundo.
Y, cambiamos y seguimos cambiando. Lo importante es no perder nuestra esencia, porque inevitablemente seguiremos cambiando.
Al final no somos Superheroes sino personitas con un montón de emociones y sentimientos, que en ocasiones se descontrolan dejándonos indefensos... aunque sea por un instante.
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